3 – LOS 10 MEJORES RESTAURANTES
DE BUENOS AIRES
Consultamos
a un jurado de 50 expertos sobre los mejores lugares para salir a comer, según
cada ocasión de consumo. Aquí, los resultados.
Para
vivir una gran experiencia gourmet:
TOMO
I
La
historia y el prestigio del que goza Tomo I desde que fue creado por las
hermanas Concaro, hace 40 años, nos hacía presuponer
que sería el elegido en esta categoría. Y lo fue, por abrumadora mayoría. De
hecho, resultó el restaurante que más votos obtuvo en el resultado global de la
encuesta. Las razones son conocidas: en Tomo I la comida es simple, pero
siempre logra un plus que conmueve, por la incansable búsqueda de los sabores
más puros y la utilización de materia prima de primera calidad. Ya sin Ada Concaro (alma mater del lugar,
recientemente fallecida), Tomo I ahora está a cargo de su hermana Ebe y de su hijo, Federico Fyalaire,
que también se desempeña como sommelier. El resultado
es tan cuidado como siempre. “El estilo se mantiene. Forzosamente, nuestra
forma de cocinar es muy cercana a la de mamá. Por más que quisiera despegarme,
no podría hacerlo”, asegura Fyalaire. La carta de
Tomo I cambia según las estaciones del año, pero mantiene siempre dos estilos
de platos. Unos más osados y festivos, como el faisán con melón e higos, o los
ravioles de ñandú. Y otros más tradicionales, como los ravioles de espinaca.
Situado en un entrepiso del Hotel Panamericano, su salón alfombrado con paredes
de capitoné es sobrio y formal. Con esmerada atención
y buenos vinos, quien se precie de ser un sibarita debe comer aquí al menos una
vez en su vida. Un lujo que vale la pena.
(Carlos Pellegrini 521, Centro / T. 4326-6695)
Para
llevar extranjeros:
LA CABRERA
Si la
carne es motivo de orgullo nacional, era obvio que entre los restaurantes más
votados para llevar extranjeros aparecerían en primer lugar las parrillas. La
Cabrera peleó por el podio cabeza a cabeza con La Brigada, sacando un puñado de
votos de ventaja. Este restaurante comandado desde 2003 por Gastón Rivera es
mucho más que una parrilla. Es un lugar al que se va a comer carnes, en plural,
ya que de sus fuegos no solo salen los tradicionales cortes vacunos. Desde la bondiola de cerdo a las pamplonas
de pollo, al pato confit, pasando por los achurajes y el bife americano (atípico en nuestro medio,
con hueso y cortado a lo largo), La Cabrera resulta un templo iniciático para un recién llegado al país. Todo en La
Cabrera es excelente, incluso la atención que ofrecen a los comensales cuando
esperan su turno en la vereda (les obsequian bebidas, empanaditas, carnes). Uno
de los mayores aciertos de su propietario –un sello distintivo- son las
guarniciones frías y calientes que se sirven con cada plato (escabeches de
porotos pallares, berenjenas y ajos asados, ensaladas con dressings
creativos y muchísimos más). Las carnes son de calidad insuperable. El éxito de
La Cabrera obligó a sumar una sucursal (La Cabrera Norte) a 50 metros del local
original. Sin dudas, uno de los mejores restaurantes de la Argentina (Cabrera
5099, Palermo Soho / T. 4831-7002)
Para
comer como un buen porteño:
ALBAMONTE
Las milanesas, los guisos y demás
platos típicos de la gastronomía porteña están de moda y los bodegones han
recobrado popularidad. Muchos de ellos fueron mencionados en esta categoría (El
Trapiche, Chichilo, Lezama, entre otros), pero fue Albamonte el que más votos recolectó. Situado en Chacarita,
ofrece desde hace más de 50 años platos italo
porteños en un ambiente rústico, con clima de familia numerosa y atención de
mozos experimentados. Lo destacable de Albamonte es
su buena relación precio-calidad-cantidad y una inquebrantable regularidad: se
come bien siempre. Si bien no es una pizzería, la pizza casera cocinada en
horno a leña es una de las especialidades de la casa. Los habitué la piden como
entrada, antes de elegir alguno de los cientos de platos que figuran en la
carta. Se destacan los mostacholes a la putanesca o los spaghetti scarparo,
muy abundantes, servidos en grandes platos de aluminio. Además, pescados
frescos del día y platos tradicionales como sesos a la romana, escalopes de
lomo al marsala y zapallitos rellenos de parmesano.
Entre los postres, el más pedido es el merengue con crema chantilly o dulce de
leche. Un lugar para comer mucho y bien, y mantener vivos los platos que los
porteños siguen eligiendo generación tras generación. (Av. Corrientes 6735,
Chacarita / T. 4553-2400)
Para
una salida romántica:
MORENA
BEACH
A la hora
de elegir un restaurante romántico se valora más la ambientación y la locación
que la propuesta gastronómica del lugar. Eso explica que Morena Beach haya sido el más votado en esta categoría. Su cocina
es de inspiración mediterránea y no sobresale especialmente por su
originalidad. Lo que fascina a sus habitués es su
formidable emplazamiento: frente al Aeroparque, en Costanera, en el espigón del
Club Náutico Puerto Norte, adentrándose 500 metros en el Río de la Plata. Con
el río como paisaje predominante, en un salón tenuemente iluminado y con un
pianista que toca jazz y bossa nova, la situación es
casi un cliché de lo romántico. Las mesas más codiciadas son las que están
ubicadas junto a sus amplios ventanales. Alejado de los polos gastronómicos de
moda, Morena es, desde hace 17 años, un favorito para los que comen entre mimos
y arrumacos. También abre al mediodía, pero es por las noches cuando cobra su
mayor esplendor. (Av. Costanera Norte 4899 / T. 4786-0204)
Para
salir en grupo con amigos/as:
OCHO7OCHO
Claro…
todo depende de qué tipo de amigos y amigas tengas. Esta categoría fue una de
las que mayor dispersión de votos tuvo. Y entre un puñado de restaurantes de lo
más disímiles (fueron votados desde el clásico Edelweiss
hasta el fashioneta Belushi),
sacó un hocico de ventaja Ocho7ocho, el bar /
restaurante de la calle Thames. ¿Qué tiene de
atractivo “el 8” para ir en banda? Un salón amplio, con buena música, excelente
oferta de destilados y diferentes espacios aptos para diferentes tipos de
grupos: pueden sentarse en la barra a beber tragos, elegir las mesas bajas con
sillones y pedir tapas y picadas para compartir, copar alguna de los mesones
comunitarios del salón semiprivado del fondo, o
simplemente cenar en las mesas altas y probar los platos que prepara la chef Magalí Zanchi, apuntando a
preparaciones simples, con ingredientes de calidad. Cada dos meses, Julián Díaz
(dueño del establecimiento) invita a chefs de primera
línea para que cocinen a precios accesibles. Ya pasó por allí Roberto Grau, de
Astrid & Gastón, y en el mes que viene estará Dolli
Irigoyen. Informal y sofisticado a la vez, Ocho7ocho es un gran lugar para ir
de a muchos. (Thames 878, Villa Crespo / T.
4773-1098)
Para
una reunión familiar:
LA PAROLACCIA
Otra
categoría que resultó muy disputada y en la que la mayoría de los restaurantes
votados se especializan en comida italiana (Doppio Zero e Il Matterello,
entre otros). El dato puede resultar una simple curiosidad, pero no lo es: las
pastas, las pizzas y demás especialidades tanas
gustan a todos, desde los más chicos a los abuelos. A su vez, el clima de estos
lugares suele ser cálido y bullicioso, perfecto para juntarse en familia.
Teniendo en cuenta esto, la mayoría de los encuestados eligió La Parolaccia, un moderno restaurante italiano inaugurado en
1988 que actualmente es una cadena con ocho locales en la ciudad. Salvo algunas
diferencias puntuales, todos mantienen la misma propuesta: platos a la carta,
más algunas especialidades del día que se exhiben en una pizarra que los mozos
hacen desfilar por las mesas y una atención impecable. Para reuniones de grupos
grandes, se pueden armar menús especiales y cuando hay cumpleaños, regalan
torta, botella de espumante y (mal que le pese a muchos) los mozos se acercan a
la mesa para cantar el “tanti auguri
a te”. De todas las sucursales, la más completa es la del Mare, rodeada de
peceras y con una suerte de galería techada, al fondo del local, donde se puede
disfrutar de una muy linda vista de los docks de
Puerto Madero. Imprescindible la reserva previa. Siempre está lleno. (Alicia Moreau de Justo 1170, Puerto Madero / T. 4783-0200)
Para
una comida de negocios:
CHILA
¿Qué
buscan los empresarios y ejecutivos cuando tienen que organizar una cena o un
almuerzo de negocios? Buscan un restaurante serio, silencioso, con mesas
separadas una de la otra, atención impecable, buena carta de vinos y una
gastronomía que sobresalga. Buscan, en definitiva, quedar bien. Y en todos
estos puntos, Chila está por encima de la media.
Situado en Puerto Madero y con un vip de privilegiada
vista al río, en este restaurante inaugurado en 2006 todo está pensado al
detalle: desde la vajilla de vanguardia (Villeroy
& Boch) hasta un sorprendente pimentero que
arroja luz sobre el plato mientras muele los granos. En la cocina manda la
joven y aclamada chef Soledad Nardelli, que se
destaca por sus innovadores preparados de autor con raíces francesas. Ya la
panera (la mejor de Buenos Aires, que incluye curiosidades como pan de Malbec, de mostaza, y de nuez y queso azul) da una
perspectiva de alto vuelo. Perspectiva que se completa en la carta, con
entrantes como “crema de trufas, huevos a 61º, echalotes
al cognac y cubitos de morcilla”, o con los
principales, entre los que destaca el “magret de moulard, manzanas golden asadas,
compota de granny smith y gelée de jengibre”. La propuesta se completa con una cava
controlada con 1200 botellas de vino de alta gama. Claro que todo esto tiene su
precio y es alto, pero eso poco interesa a quien necesita agasajar a
potenciales socios, clientes o proveedores. Menos aún si se paga con tarjeta
corporativa. (Alicia Moreau de Justo 1160, Puerto
Madero / T. 4343-6067)
Para
comer livianito y rico:
KENSHO
Históricamente
la comida sana, natural y vegetariana tuvo fama de ser poco sabrosa y aburrida.
Pero en los últimos años eso ha cambiado gracias a restaurantes como Kensho, que fue votado como el mejor para ir a comer rico y
liviano. Este establecimiento, con salón para 30 personas y estética de
vanguardia, es comandado por el chef Máximo Cabrera, que es en la Argentina un
referente indiscutido del crudismo –así se conoce la
gente que consume alimentos sin cocinar-. Cabrera sirve en elegantes
presentaciones una comida que sorprende: primero por lo etérea, segundo por lo
nutritiva. Destacan los panes sin cocción; la sopa de espinaca raw, que sale con un cantimpalo raw –una suerte de embutido de semillas activadas-; el
ceviche de hongos, versión con papines andinos y salsa de ocopa;
también los quesos de cajú y las ensaladas en
general. De postre, el riquísimo James Brownie con
helado de mandioca, en el que no emplean manteca ni crema ni nada que se le
parezca. Si quedaban dudas sobre las posibilidades gourmet de la cocina
natural, basta una visita a Kensho para despejarlas.
(El Salvador 5783, Palermo Hollywood / T.4778-0655)
Comer
con onda gastando poco:
EFIMERO
FESTIN
Una de las
tendencias más destacables de los últimos años en materia gastronómica es la
apertura de pequeños bistrós con cocina de autor a
precios lógicos. Lugares regenteados por sus propios cocineros donde se puede
comer con onda pagando la mitad de lo que se pagaría en cualquier pizza café, frío e impersonal. Efímero Festín abrió sus puertas en
diciembre de 2009 en el corazón de Palermo Soho y, a
pesar de tener un nombre que prometía un paso rápido y frugal, en poco más de
un año logró posicionarse como un must en esta
categoría. Con una ambientación algo retro y una capacidad máxima de 26
cubiertos, logra que comer en sus mesas sea a la vez una propuesta íntima,
relajada y estética. Carolina Lavecchia (chef
autodidacta) está en la cocina y, junto con su socia Marcela Croccia, sostiene una carta que hace foco en el producto y
en la fusión de un amplio horizonte gustativo, siempre sencillo, siempre
sabroso y siempre sano: el sándwich de pollo con guacamole
es ya un clásico, lo mismo que la bondiola braseada
con trigo burgol o el salmón rosado con perfume
cítrico. Y entre los platos nuevos, se destacan la hamburguesa de tofu orgánico y la lasagna de
quínoa con gírgolas. No es un lugar al que uno vaya a
elegir bebidas importadas, ni platos de tendencia, pero es un sitio para pasar
un buen rato y probar cosas ricas, pagando precios muy razonables. (Uriarte 1411, Palermo Hollywood /
T. 4831-9867)
Para
comer como un animal:
SARKIS
Esta
categoría premia al restaurante ideal para comer mucho. Y arrojó un ganador
insospechado, pero indiscutido por la cantidad de votos. Cualquiera hubiese
dicho que aquí ganaría una parrilla o un tenedor libre, pero Sarkis le sacó a todos un cuerpo y
medio a otros restaurantes. Esta casa de comida árabe-armenia
es un favorito de los glotones, aún cuando el ambiente de cantina descuidada y
las largas colas para conseguir mesa desalienten un poco. Ocupa una esquina
antigua de Villa Crespo y cuenta con dos salones: uno en planta baja, el más
recomendado, con lámparas de rueda de carreta y sillas de mimbre, y otro en el
primer piso, al que le haría falta una requintada para hacerlo más atractivo
aunque funciona como salón fumador. Pero los votantes no se fijaron en eso.
Apuntaron a que aquí se come rico, muy abundante y a buen precio, una ecuación
que nunca defrauda. Quien no sepa qué pedir, porque nombres como hummus, shish-kebab
o keppe no le dicen nada, debe solicitar la segunda
carta, en la que cada plato viene con su correspondiente explicación. Muy
recomendables son los falafel, los niños envueltos,
el kafta y el cous cous con lentejas. (Thames 1101,
Villa Crespo / T. 4772-4911)
Adaptado del artículo publicado por www.planetajoy.com (Mayo de 2011)
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